jueves, 19 de abril de 2012

Samara (Graniza) 14 de Abril de 2012.

Samara (Graniza).
1° de Abril de 2012.

El día 31 de Marzo, en varias partes de Ciudad Victoria, llovió y cayó granizo; en nuestra casa no vimos ni un hielo, sin embargo, en la mañana del 1° de Abril, nos 'cayó' un perro.

La gatita asomada en la ventana del patio tiró unos libros, nos despertó muy temprano en domingo; fue entonces cuando escuchamos a nuestros perritos ladrando alterados, nos asomamos y vimos una bolita naranja en la orilla de la barda, los regañé por ladrarle a lo que creí era un gato, pues tienen dos 'hermanos' felinos; sin embargo mi esposo observó y concluyó que se trataba de un perro.


Salimos corriendo al patio, no sin antes tomar la cámara fotográfica.


Ahí estaba, sobre una barda de más de dos metros y medio, una cachorrita de dos meses de edad (o menos); subiéndose al asador mi esposo empezó a llamarla, ella temblando y llorando se acercó, él la agarró y me la dio, mis perritos la olieron curiosos, rápido la metimos a la casa para verificar que estuviera bien.




Ya dentro y recuperando el aliento, empezamos a analizar la situación.

La cachorrita, dos meses mas o menos, basándonos en su tamaño y sus dientes; se encontraba desnutrida, se veían su costillas y se palpaban los huesos de la cadera. Estaba infestada de pulgas por todo su cuerpo, cuando vimos sus orejas fue un horror. Sus pequeñas orejitas estaban atestadas de garrapatas, sacudía constantemente la cabeza intentando liberarse de ellas, sin lograrlo.



Aún no abrían la veterinaria cuando estábamos afuera con la perrita, realmente cariñosa y contenta. Cuando rescatamos un perro o un gato, sólo podemos imaginarnos su historia, nunca conoceremos realmente lo que han pasado, sin embargo, a estas alturas, llego a creer que ella sabía a dónde estaba llegando, que nos buscó para que la auxiliáramos, insisto, sólo son especulaciones, basados en lo que hemos vivido y en las conductas de los animalitos. Aún cuando se veía contenta, se notaba cierto temor cuando nos levantábamos o hacíamos ruidos fuertes.

Los médicos nos vieron sorprendidos, les explicamos que no éramos los dueños de Samara, para que un perrito se llene de bichos de esta manera, tiene que haber sido olvidado y descuidado por mucho tiempo. Nos hacemos las preguntas de siempre, cómo alguien puede permitir que un cachorrito padezca de esta forma, cómo una persona puede olvidar a un perrito e ignorar su situación o enfermedad. Nunca lo comprenderemos totalmente.

Se quedó en la veterinaria para que la atendieran.

Conseguimos un hogar temporal para ella, pues no era posible tenerla en nuestra casa. Una voluntaria de ProAnimal accedió a tenerla y la dejamos ahí en la noche. Estuvo una semana en el hogar temporal y después regresó a nuestro hogar.

De inmediato algunas personas nos contactaron para adoptar a Samara, hicimos las preguntas de siempre, esto se hace con el fin de que los perritos o gatitos adoptados, tengan una vida digna y no regresen a las calles o a las situaciones de riesgo de donde fueron rescatados. Se pide que tengan un patio cerrado, por donde no pueda escaparse, el historial de sus otras mascotas (si es que las tuvieron) así como datos de quién se hará cargo del animalito, si cuentan con recursos para mantenerlo y atender cualquier enfermedad. 




Hoy, después de unas semanas de dar hogar temporal a Samara, o Granicita como le decimos de cariño, la entregamos con su nueva familia (los primeros que nos contactaron), es una persona adulta y responsable que tiene un perrito de dos años, el cual está entrenado y es muy dócil, nos contó que le encanta 'ser niñero' de cachorritos, así que confiamos en que se llevarán bien. Dijo que quería una compañera para su perrito, pero que esterilizaría a la perrita para que no se reprodujeran (pues hay demasiados perritos abandonados, como para elegir traer más al mundo). 

Estos casos nos llenan de felicidad, aún cuando nos dejan un hueco en el corazón y un nudo en la garganta; saber que un perrito rescatado, en tan malas condiciones, tiene un nuevo futuro, se le presenta una nueva oportunidad al hombre para reivindicarse y mostrar un poco de compasión y afecto hacia los animales.

Samara se quedó algo triste, nos extrañará tanto como nosotros a ella; pero pronto se adaptará a su nuevo hogar y será muy amada y una perrita feliz.

Agradezco a todos los que nos apoyaron para realizar este rescate, a los que prestaron un rincón de su casa y su corazón para cuidarla, los que cooperaron con alimento y sobretodo a la nueva mamá de Samara.